lunes, 29 de mayo de 2017

Andrei Iliescu (II) [Fotografía / Fotoperiodismo]

No hace mucho compartí con ustedes una selección del trabajo del fotógrafo y periodista gráfico Andrei Iliescu, una serie de imágenes tomadas a lo largo de los años en diversos lugares del mundo. Pero como comentaba entonces, en 1989 Andrei fue testigo, con su cámara, de los trascendentales acontecimientos que darían un giro a la vida de los rumanos, que hasta entonces habían vivido bajo el gobierno de Ceaucescu. "La revolución de 1989 fue de alguna manera mi propia revolución. La caída de Ceaucescu fue probablemente mi salvación, literalmente. Durante 33 años viví bajo los comunistas: toda mi infancia, adolescencia, juventud..." cuenta Andrei. Esta nueva colección de imágenes se centran en su trabajo periodístico durante esos duros momentos en los cuales sufrió en carne propia la violencia que retrataba en las calles, fue encarcelado por la policía del régimen, liberado tras la huida de Ceaucescu y se convirtió en corresponsal de AFP, EPA y Sygma (más tarde AP)
Gracias al arriesgado trabajo en primera línea de Andrei y otros como él, era posible que los sucesos que ellos estaban viviendo en primera persona llegaran laboriosamente a los medios a través de sistemas que hoy se nos antojan tan rudimentarios y primitivos. Hoy podemos revivir esos trágicos momentos a través de la imagen y el relato de uno de sus protagonistas...

Not long ago I shared with you a selection of the work of photographer and photojournalist Andrei Iliescu, a series of images taken over the years in several places of the world. But as I commented then, in 1989 Andrei witnessed, with his camera, the transcendental events that would turn the life of the Romanians, who until then had lived under the government of Ceaucescu. "The 1989 Revolution was somehow my own revolution. Ceausescu’s fall was probably my salvation, literally. For 33 years I lived under the communists – my whole childhood, adolescence, youth…" says Andrei. This new collection of images focuses on his journalistic work during those hard times in which he suffered in his own flesh the violence he portrayed in the streets, was imprisoned by the regime's police, released after Ceaucescu fled and became a correspondent of AFP, EPA and Sygma (later AP)
Thanks to the risky front-line work of Andrei and others like him, it was possible that the events they were experiencing in the first person came laboriously to the media through systems that today seem so rudimentary and primitive.
Today we can relive those tragic moments through the image and story of one of its protagonists ...
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Andrei Iliescu

Andrei, en un fotograma de un video rodado en diciembre, 1989 / in a frame of a video taken in Dec.1989

"Yo también viví bajo el comunismo"

© Andrei Iliescu

«Más allá de doctrinas, sistemas y principios, hay personas y su existencia cotidiana. Esta vida diaria es el elemento clave para mis imágenes. La vida mundana durante esta dictadura - desde esta perspectiva - no perdió sus aspectos terribles. No es en absoluto menos triste, pero se hace más fácil de entender.
Mi esfuerzo no es ideológico ni político. No se trata de prisiones, de sistemas represivos o de acontecimientos extraordinarios, sino de la vida más prosaica, de las preocupaciones y de los eventos cotidianos: sus comidas, su lugar de descanso, sus ropas, sus reuniones sociales, amor, nacimiento, trabajo, problemas de salud.»

© Andrei Iliescu

© Andrei Iliescu

I’ve also lived under communism

«Beyond doctrines, systems and principles there are people and their day-to-day existence. This everyday life is the key element for my images. Mundane life during this dictatorship – from this perspective – didn’t lose its dreadfulness, it isn’t at all less sad but it gets easier to grasp.
My endeavor is neither ideological nor political. This isn’t about prisons, repression systems or extraordinary events, but about the most prosaic life, the one about worries and daily events: their meals, their resting place, their clothes, their social gatherings, love, birth, work, money, health issues.»

 © Andrei Iliescu

 © Andrei Iliescu

 © Andrei Iliescu

 © Andrei Iliescu

Bucarest, 1989: Los días de la Revolución

© Andrei Iliescu

«El 21 de diciembre, amanecer de la Revolución, salí a las calles con mi cámara para fotografiar: en medio del fuego real que dejó tanta gente muerta en cuestión de días.
Estas imágenes no son más que un fragmento de las instantáneas que tomé los días 22, 23 y 24 de diciembre. Justo después de ser liberado de la prisión, volví a recorrer las calles una vez más para tomar más fotos. Llegué a casa el día de Nochebuena. El primer día de Navidad, la Televisión Nacional nos dio la noticia infame de la ejecución de la pareja Ceausescu. Este fue el día oficialmente llamado el fin de la revolución.
Durante esta revolución 1104 personas murieron y 3321 resultaron heridas.»

© Andrei Iliescu

«On December 21 – the dawn of the Revolution, I went on the streets with my camera to shoot photos: amid the real bullet-shooting that left so many people dead in a matter of a few days. 
These images are but a fragment of the snapshots that I took on 22nd, 23rd and 24th of December. Right after being released from prison I roamed the streets once again to take more photos. I arrived home on Christmas Eve. On the first day of Christmas, the National Television gave us the infamous present of the Ceausescu couple’s execution. This was the day that officially dubbed the end of the revolution.
During this revolution 1104 people died and 3321 were injured.»

© Andrei Iliescu

Rumania, 1990: más allá de los titulares

«Ese año fue para mí el más bello y también el más creativo, un momento emocionante para celebrar la nueva libertad después de la caída del régimen comunista en Rumania.
Como fotógrafo de "noticias", yo y dos colegas de Reuters y AP eramos fotógrafos de "cable" - los primeros en la escena cuando las noticias se producen. Nuestro valor era nuestra rapidez, y esa rapidez también determinó nuestro contenido. Debido a que la transmisión de una sola imagen tomaba de 5 a 15 minutos, fuimos entrenados para hacer tomas que resumían el evento en una sola imagen, en lugar de en una serie de imágenes que colectivamente contaran una historia. Por lo tanto, un fotógrafo de servicio de cable se destacaba por obtener una imagen única y lo más importante para nosotros era la velocidad en un entorno en el que las publicaciones estaban suscritas a los tres principales servicios de cable.»

13/1/1990. Andrei Iliescu, 34, fotógrafo de EPA para Rumania, muestra su equipo roto tras ser herido seriamente por la carga policial mientras intentaba tomar fotografías en el centro de Bucarest el 12 de enero, al anochecer. Un examen médico primario confirma que ha sufrido un traumatismo craneal. Foto © APP

«Pero en 1990, la transmisión de una foto a los servicios de cable no era un trabajo fácil. Primero teníase que captar la imagen en una película, pasarte una hora procesando y secando la película, luego ir al cuarto oscuro para editar e imprimir la imagen, otra hora, escribir el pie de foto en una máquina de escribir usando etiquetas sensibles a la presión y adjuntar el texto al lado de la imagen. La impresión se envolvía alrededor del cilindro en la máquina emisora ??- un transmisor de tambor analógico (que consiste en una combinación de una especie de escáner analógico y una máquina de fax) El tambor gira a una velocidad constante mientras un haz de exploración se mueve lentamente a través de la foto, una línea a la vez. Se necesitaban de 5 a 15 minutos por cada imagen, 45 a 60 minutos para el color, una a la vez a través de filtros rojos, verdes y azules. Un pequeño "golpe" en la línea (líneas negras que aparecerían en la imagen debido al ruido de la línea analógica) y tenías que empezar de nuevo, porque no había manera de corregir la imagen. No había enchufes modulares en los teléfonos. El micrófono había sido extraído y reemplazado con los cables del transmisor. Luego desmontar el teléfono de la máquina para hablar con la redacción, asegurándose de que había llegado.»

27/12/1990. Una anciana exhausta espera durante días para recargar sus bombonas de gas bajo la ventana del Centro de Reposición de Butano de Bucarest, el 27 de diciembre. Con la escasez de butano, la gente debe hacer cola al menos durante 5 días en tales centros, mientras otros recargan a precios altísimos en el mercado negro. EPA. Foto © Andrei Iliescu/APP

«That year was for me the most beautiful and also the most creative, an exciting time of celebrating the newfound freedom after the fall of the communist regime in Romania.
As a “news” photographer, I and two colleagues from Reuters and AP were “the wire” photographers – the first ones on the scene when news breaks. Our value was our speed, and speed also determined our content. Because the transmission of a single image took from 5 to 15 minutes, we were trained to take shots that summed up the event in a single image – getting the picture – rather than in a series of images that collectively told a story. Thus, a wire service photographer excelled in getting a single summary image and the most important thing for us was speed in an environment where publications subscribed to all three major wire services.»

7/3/1990. Bucarest (Rumania) Ayer, 5/3/1990 comenzaron a desmontar la estatua en bronce de Lenin. AFP © Andrei Iliescu/AI

«But in 1990, the transmission of a photo to the wire services wasn’t an easy job. You had to first shoot the image on film, take an hour or so to process and dry the film, then go into the darkroom to edit and print the image, another hour; type the caption on a typewriter using pressure sensitive labels, attach the caption to the side of the image. The print was wrapped around the cylinder on the sending machine – an analog drum transmitter (consisting to a combination of a kind of analogical scanner and a fax machine) The drum rotates at a consistent speed while a scanning beam moves slowly across the photo, scanning one line at a time. It was needed 5-15 minutes per image, 45-60 minutes for color, once each through red, green and blue filters. One little “hit” in the line (black lines that would show up in the image due to analog line noise) and you had to start all over again, because there was no way to correct the image. No modular plugs on phones then. The microphone had pulled and replaced with the wires from the transmitter. Unhooked phone from the machine to talk to the newsroom, making sure pix were coming in.»

31/3/1990. Bucarest (Rumania) Una madre desconsolada llora sobre la tumba de su hijo de 20 años, caído durante la insurrección contra la dictadura en diciembre de 1989. AFP © Andrei Iliescu / AI

"Mineriada", Mi historia

© Andrei Iliescu

«"Mineriada" es el término usado para nombrar cualquiera de las seis intervenciones violentas sucesivas de mineros en Bucarest. El término se utiliza principalmente para referirse a la más violenta, que se produjo en Bucarest durante el período 13-15 de junio de 1990, con mucho la más sangrienta y la que ha cambiado irreversiblemente la imagen de Rumania.
En aquella época yo era corresponsal de la AFP, que tenía su sede en el Hotel Intercontinental, donde había pasado muchas noches "manteniéndome cerca" de la maratónica manifestación que comenzó el 22 de abril y terminó el 13 de junio.
En la mañana del 13 de junio intervino la policía y ocurrieron las primeras detenciones. Las fuerzas policiales atacaron a los huelguistas. Las tiendas fueron arrancadas y destruidas.
La plaza fue abandonada por unas pocas horas, sólo los coches de la municipalidad rociando agua y equipos de saneamiento recogiendo basura. A las 11:30 comenzó la locura. El Instituto de Arquitectura fue asaltado por un grupo de trabajadores de las plataformas industriales de Bucarest. En la mañana del día 14 parecía que todo había terminado. A las cinco de la mañana, con un retumbar aterrador, se convirtió en un rostro grotesco, una sombra espantosa se acercaba con una tensión in crescendo. Ellos fueron el primer grupo de mineros que ocuparon la Plaza de la Universidad. Inmediatamente me puse en el primer piso en el balcón circular y comencé a fotografiar el asalto. Los mineros estaban golpeando todo lo que se movía, hombres y mujeres. A las 8:30 las primeras imágenes ya habían sido enviadas.»

© Andrei Iliescu

«El recuento del día fue espeluznante. Varias personas fueron asesinadas; aún hoy su número no está bien establecido. Varios cientos de personas resultaron heridas y trasladadas a diferentes hospitales. En cuestión de horas, Bucarest estaba completamente ocupada y el caos descendía por las calles. La sede del partido de la oposición fue destruida. Muchos intelectuales, personas con barba o vestidos de lujo fueron golpeados y detenidos. El resultado fue catastrófico externamente y los efectos secundarios se disiparon muy lentamente. Miles de jóvenes abandonaron el país. Rumania fue excluida de todas las asociaciones financieras internacionales. En los años siguientes, Rumania se convirtió en miembro de la OTAN y de la Unión Europea. Sin embargo, aunque han pasado 25 años desde los hechos, el "archivo de los mineros" está lejos de ser completado. Nadie ha sido condenado todavía.»

© Andrei Iliescu

"Mineriada", My story

«“Mineriada” is the term used to name any of the six successive violent interventions of miners in Bucharest. The term is mostly used to refer to the most violent one, which occurred in Bucharest during the period June 13–15, 1990, by far the bloodiest and the one that has irreversibly changed the image of Romania.
At that time I was a correspondent for the AFP which had its headquarters at Intercontinental Hotel, where I have spent many nights “keeping close” to the marathon demonstration that began on April 22 and ended on June 13. The Interest for Romania was huge.
On the morning of June 13 police force intervened and attended the first arrests. The police forces attacked the hunger strikers. Tents were ripped up and destroyed. The square was deserted for a few hours, only the municipality cars sprinkled water and sanitation teams picked up the garbage. At 11:30 the madness began. The Architecture Institute was assaulted by a group of workers from the Bucharest’s industrial platforms. In the morning on day of 14th it seemed everything was over. At five o’clock in a terrifying rumble turned into a grotesque plod, a hideous shadow approached in a crescendo tension. They were the first group of miners who occupied the University Square. I immediately got on the 1st floor on the circular balcony and started to photograph the assault. Miners were hitting everything that came out, men and women. At 8:30 the first images have already been sent.»

© Andrei Iliescu

«The tally of the day was creepy. Several people were killed; even today their number is not well established. Several hundred people were injured and taken to different hospitals. Within hours, Bucharest was completely occupied and chaos descended on the streets. Opposition party headquarters were destroyed. Many intellectuals, people with beards or wearing fancy clothes were beaten and arrestees. The outcome was catastrophic externally and the side effects dissipated very slowly. Thousands of young people left the country. Romania was excluded from every international funding association. In the coming years, Romania became a member of NATO and the European Union. However, although 25 years have passed since the events, the “miners file” is far from complete. No one has not been sentenced yet.»

© Andrei Iliescu

Retratos de la transición

© Andrei Iliescu

«"No vamos a vender nuestro país" eran las palabras en los labios de todos. La confusión se mezclaba con la alegría y el deseo de hacer todo lo que había sido previamente prohibido, sin orden ni reglas y con objetivos más que abstractos e idealizados. En un intento desesperado de llenar el vacío de la recién descubierta democracia, Rumania vivió sus primeros años de transición en un constante movimiento hacia atrás y hacia adelante: un salto al cielo, seguido por una caída abrupta en su propio infierno inocente.
Corríamos por las calles, llorábamos por los perdidos, llamábamos a los mineros, conseguíamos nuestros pasaportes, mirábamos los campos que tenían que convertirnos en seres prósperos y nos precipitábamos al "Club Sexy" para ver el capitalismo . "Hurra" por esto, "vergüenza" por lo otro, todo girando en un continuo equilibrio histérico. Uno por uno los sueños desaparecieron y no nos quedó nada más que recuperar nuestros lugares en las colas, esta vez no para el "salami de soja" sino para las visas. Todo esto era Rumania a principios de los años 90: un lugar lleno de euforia, ilusiones y paradojas.»

 © Andrei Iliescu

© Andrei Iliescu

Portraits of transition

© Andrei Iliescu

«“We won’t sell our country” were the words on everyone’s lips. Confusion was mixed with joy and the desire to do everything that had been previously forbidden, with no order or rules and with no more than abstract and idealized objectives. In a desperate attempt to fill the void of the newly discovered democracy, Romania lived its first transition years in a constant back and forward movement: a jump to the sky, followed by an abrupt fall into own innocent inferno.
We ran on the streets, we cried for the lost ones, we called for the miners, we got our passports, we looked at the field which had to turn us into prosperous beings and we rushed to the “Sexy Club” to watch the capitalism. “Hurray” for this, “shame” for other – all things revolves in a continuous hysterical balance. One by one the dreams vanished away and we were left nothing else but to get our places back on the queues – this time not for “soya salami” but for visas. All this was Romania in the early ’90s – a place full of euphoria, illusions, and paradoxes.»
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Este es tan sólo un resumen de la abundante colección de imágenes e información que pueden ustedes consultar en el sitio web del Andrei. Como decíamos al principio él fue testigo directo de aquellos acontecimientos que cambiaron la historia de su país, y ha tenido la amabilidad de remitirme este material para disfrutar con ustedes.

 This is just a summary of the abundant and highly interesting collection of images and information you can check out on Andrei's website. As we said at first, he was the direct witness of the events that changed the history of his country, and he has been kind enough to sent me this images to enjoy with all of you.

Andrei Iliescu en "El Hurgador" / in this blog[Andrei Iliescu (Fotografía)]

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Imágenes publicadas con autorización del artista (¡Muchas gracias, Andrei!)
Images published here with artist's permission (Thanks a lot, Andrei!)

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